A petición de uno de nuestros lectores, hemos decidido crear un artículo para determinar a qué altura presionar a un equipo rival. Este lector concretamente quería saber cómo puede averiguar, qué tan alto debe presionar su equipo en su propio campo sin posesión del balón. Siempre aceptamos solicitudes de lectores y esperamos encontrar una respuesta satisfactoria para él con esta entrada.
Descripción general de las alturas de presión
Al principio es necesario determinar los tres tipos principales de presión. Por lo general, existen 3. Bloque alto (presión completa), bloque medio (por delante del centro del campo), bloque bajo (totalmente replegados).
Mecanismos de presión
Se puede variar en la altura de la presión o en el número de jugadores que acuden a ella, pero los principios que deben mantenerse en el juego sin balón siguen siendo los mismos. En el libro “La filosofía del fútbol de Jürgen Klopp”, el autor Martin Rafelt publicó varias frases muy interesantes respecto a esto:.
Presión siempre sobre el portador de la pelota: para evitar el golpeo tanto largo como en corto.
Mantener al bloque junto tanto a lo largo como a lo ancho: Con el fin de minimizar las lagunas y espacios defensivos.
Cierre de líneas de pase: No sólo estaremos pendientes del poseedor si no de los posibles receptores futuros. Para ello no es necesario acudir inmediatamente a taparlo, pero si estar concentrado para poder hacerlo.
Actuar coherentemente: ¿Qué queremos conseguir con esa presión? ¿Recuperar para atacar a las espaldas del rival? ¿Recuperar el balón para iniciar un ataque asegurando la posesión?
Determinar a qué altura presionar
Ahora surge la pregunta, qué tan alto debes atacar al oponente. Como ya se indicó, los conceptos básicos son los mismos en cualquier altitud de presión. Esto significa que puede (y debería) variar las alturas de presión durante el juego. Esto hace que sea difícil para el oponente adaptarse y anticiparse a las situaciones. El Atlético de Madrid es un buen ejemplo de distintas alturas de presión. A menudo, comienza con una presión alta e intensa en el último tercio, mientras que termina los partidos cayendo de nuevo al centro del campo a esperar a su rival.
Importante: Todas las consignas y conceptos pueden y DEBEN mejorarse mediante el entrenamiento adecuado y también pueden variar según el oponente.
La importancia de los jugadores
¿Qué tan rápido son los defensores centrales? ¿Qué tan exitoso puede ser mi equipo aplicando la presión y forzar al oponente a jugar en largo? Para hacer una presión alta requerimos al menos uno de estos dos puntos. Si tenemos unos centrales rápidos, combinados con buena capacidad de anticipación, nos podrá permitir presionar para obligar al rival a jugar en largo. Pero si los delanteros de los que dispones no están dispuestos a trabajar en la presión, tampoco sería posible en este caso apretar demasiado arriba.
Estrategia ofensiva
Aunque el fútbol a menudo se divide en fases, es un gran conjunto. Es por eso que depende de la estrategia de posesión que vayas a utilizar. Por ejemplo: La presión en bloque bajo atrae al oponente fuera de su campo y así aumenta el espacio detrás de sí. Los equipos que se centran en el contraataque y están armados con fuertes jugadores ofensivos pueden usar una presión defensiva en bloque bajo para generar ese espacio y usarlo después de ganar la pelota.
Sin embargo, si tu idea de juego es la de mantener la posesión, entonces la alta presión es una opción apropiada, porque el equipo quiere recuperar la pelota lo más temprano posible para procesarla. Cuanto más importante es la posesión de la pelota, más tiempo se desea tenerla, para poder acumular opciones de manera ordenada y paciente.
El oponente
¿Cómo saca el oponente el balón? ¿Crea superioridades en la salida? ¿Tiene delanteros rápidos? ¿Un fuerte centro del campo? Un análisis del adversario es importante y útil para determinar el nivel de presión apropiado. Además, podrás distinguir a los jugadores débiles a los que se dirige tu juego de construcción y a su vez, dónde podrías presionarles bien para recuperar el balón. Con el conocimiento suficiente del oponente, puedes ajustar el tablero de juego de acuerdo a tus propias fortalezas y las debilidades opuestas.
Conclusión
Como suele suceder en el fútbol, no hay una respuesta correcta. La cantidad de veces que presiones y dónde, dependerá de muchos factores, algunos de los cuales también son muy específicos para tu propio equipo. Sin embargo, solo hay pilares básicos sobre los que uno puede orientarse, y luego descubrir qué tipo de presión encaja mejor con el propio equipo o con un juego en particular.