Cuando los aficionados hablan sobre fútbol y cómo está jugando su equipo en el campo, la conversación normalmente comienza con el esquema de juego. Se forma como la base de cualquier discusión que conduzca al fútbol en el campo.
Pero muchos plantean que, a medida que el fútbol ha ido evolucionando, los sistemas de juego en el campo han comenzado a ser cada vez menos importantes. Atrás quedaron los días de laterales manteniéndose en su posición con un papel principal que era proteger sus centrales. Y así con la mayoría de las posiciones en el campo.
¿Qué ha cambiado?
El esquema de juego determina las posiciones iniciales para los jugadores en el fútbol moderno, en contraste con que realmente se adhieran a ese formato durante los 90 minutos de un partido.
Las formaciones tienen dos fases distintas y definidas:
- Fase de ataque
- Fase defensiva
Ahora, estas fases pueden significar cosas diferentes con respecto a qué equipo estás viendo. Un equipo como el Liverpool pretende crear el juego a través de su presión extremadamente alta, mientras que el Manchester City probablemente te sofocará con posesión.
Fase de ataque
En las fases de ataque, los equipos operan en formaciones diferentes a las que vemos en la pantalla. Esto se hace a través del entrenador, que asigna roles dentro de estos esquemas para obtener lo mejor de sus jugadores y ayudar a controlar mejor los partidos. Recuerda, más control equivaldría a más oportunidades, no más o menos posesión, o más o menos merecimiento.
Poniendo de ejemplo un 4-3-3, los laterales se colocarían en profundidad, casi a la altura de los extremos, provocando problemas para la defensa rival. Esto impide que el esquema inicial de 4-3-3 sea así en ataque. De ahí que digamos que existe un esquema de juego, y un esquema de juego defensivo y otro ofensivo. Esta situación tan habitual en ese sistema de juego, nos mostraría a un equipo colocado en 2-1-4-3 mientras ataca a su rival. De esta manera, obligarían al rival a retroceder.
Lo importante aquí son los roles asignados a los jugadores. Tomemos el ejemplo de Bayern Munich bajo Hansi Flick. Le han dado a su joven lateral Alphonso Davies la plataforma de despegue para que use su ritmo explosivo dé buenos resultados. Por lo tanto, él no es un lateral convencional cuando el Bayern está atacando, ya que casi juega como un jugador extremo que proporciona amplitud a su equipo.
Todo lo que hacen las formaciones en su sentido de ataque es proporcionar a los jugadores una posición inicial para implementar los roles y explotar las virtudes que su entrenador quiere de ellos. A través de esto, los equipos pueden mover sus oposiciones de varias maneras.
Fase defensiva
Al igual que la fase de ataque, los equipos que se configuran en un esquema concreto, también defienden de manera diferente. Entonces, ¿qué equipo mejor para dar estos ejemplos que el Atlético de Madrid? Diego Simeone se ha convertido en un maestro en la anulación del rival en beneficio de su equipo. Ha permitido que el Atlético de Madrid se convierta en una potencia no solo en España sino en Europa.
El Atlético defiende muy estrecho en un esquema 4-4-2. Saúl y Correa generalmente se despliegan para ayudar a los laterales a lidiar con los jugadores rivales. Ayudan a crear una línea de 4 en el centro del campo para cubrir la longitud del campo.
Los equipos se desvían menos de la formación original ya que hay menos riesgos involucrados cuando se defiende por largos períodos. Se trata más de la concentración y de asegurarse de que todo el equipo esté bien configurado defensivamente para manejar cualquier tipo de amenaza del rival; ya sea un contraataque o un centro desde la banda.
Nuevamente, los roles también son importantes aquí. El Atlético le ordenó a uno de sus dos delanteros (Joao Félix) que diera un paso atrás y se uniera al mediocampo como un hombre extra para una mayor cobertura defensiva, mientras que, como explicamos antes, Saúl y Correa cubren las bandas. El Atlético puede llegar a defender con un 4-5-1 o un 5-3-2, muy distinto a su 4-4-2 inicial.
¿El estilo marca el esquema de juego?
Podemos ver que el estilo del equipo impacta en cómo reaccionarán la mayoría de los equipos en el partido. El Liverpool, por ejemplo, es un gran equipo en la presión. Sus posibilidades se crean a través de sofocar a los rivales a través de su incesante presión y explotación de los errores.
Esto se muestra en su posición promedio en el campo. Aquí hay un mapa del líder de la Premier League mostrando dónde son más agresivos y no es sorprendente ver los resultados:
Su presión promedio es significativamente mayor en el tercio final que en cualquier otro lugar en el campo, que también es cerca de un 10% más alto que el promedio de la liga:
Por lo tanto, se desvían de su formación 4-3-3 habitual para presionar, convirtiéndose en muchas ocasiones en un 3-4-3 o 2-3-4-1, etc. dependiendo siempre de la situación y el rival.
Conclusión
En conclusión, podríamos deducir con seguridad que los esquemas de juego no importan en el juego moderno. Sirven para enseñar a los jugadores sus posiciones y roles iniciales.