X
    Categories: Táctica

La presión de Alemania contra la salida de balón de España

España y Alemania ofrecieron un nivel difícil de observar hoy en día en los partidos de selecciones. Hubo brillantez colectiva e individual, ajustes tácticos y unos jugadores extra motivados por agradar. Este es nuestro análisis táctico del España ante Alemania sobre los puntos fuertes y débiles de la presión de Alemania contra España, y por qué no siempre es necesario un cambio de sistema para dar la vuelta al partido:

Alemania presiona con Raum como jugador clave

En su contundente victoria ante Costa Rica, España impresionó por un lado con su posesión del balón y por otro lado con su presión tras pérdida. Por lo tanto, una de las tareas más importantes del equipo alemán fue presionar en las fases de posesión del balón español y encontrar soluciones para esa fase de recuperación del balón.

España jugó en su sistema 1-4–3-3 habitual, y el 1-4-3-3 de Alemania fue ligeramente diferente. Kimmich y Goretzka del Bayern de Múnich formaron un doble seis para incomodar a los dos centrocampistas ofensivos españoles, mientras que İlkay Gündoğan presionaba a Sergio Busquets. Flick implementó un sistema de marcaje al hombre contra tres de los mejores jugadores del mundo bajo presión en un bloque medio-alto:

Cuando España tuvo la posesión del balón, Alemania preparó un plan para presionar a la zaga española con Müller y el apoyo de ambos extremos. Los defensas españoles se encontraban en un 4 contra 3, o incluso cinco con Unai Simon de portero. Inicialmente, España pudo usar esta clara superioridad numérica en su creación de juego, salió de la presión de Alemania cambiando la orientación hacia sus laterales y así obligó a Alemania a volver a su mitad del campo:

La clave del éxito de la presión fue el apoyo del lateral izquierdo David Raum. Gracias a que avanzaba y presionaba al posible receptor del pase enviado por el lateral derecho español. Alemania fue capaz de provocar bastantes recuperaciones de esa manera:

Detrás de él, los tres defensores restantes se quedaban en una situación de 3 contra 3 ante los atacantes de España. Gracias a esta presión activa, los de Hansi Flick siguieron metiendo el balón en posiciones prometedoras del área española y también pudieron aprovechar las ocasiones de Gnabry en el minuto 25 y Kimmich en el minuto 56 para una posible ventaja alemana:

Según la situación, Gündogan también saltaba a la presión del segundo central (el que no era presionado por Müller), lo que resultó en un 1-4-4-2 alemán en algunas fases de presión. Para que esto fuera posible, uno de los dos ‘seis’ saltaba una línea para evitar el pase interior.

La superioridad numérica de España

Con la posesión española del balón en el centro del campo, la mayor debilidad alemana parecía estar en la banda. A través de la carrera ofensiva de un lateral español en la banda, España pudo crear una situación de dos contra uno ante el lateral alemán. La razón de esto fue principalmente un movimiento defensivo tardío del extremo de Alemania.

El lateral alemán se enfrentó a extremos y laterales rivales. Así fue como España envió un balón al travesaño en el minuto 7 con Dani Olmo después de que una carrera profunda de Jordi Alba sacara de posición al lateral derecho Kehrer, mientras que la posición de ataque de Serge Gnabry ofrecía poco apoyo defensivo. Los dos españoles repitieron el mismo proceso en el minuto 22, solo intercambiando roles:

Una situación similar ante Kehrer también sirvió de base para el gol de España (minuto 62). Como no se pudo establecer una acceso directo al centro del campo, Gündogan, en una posición algo adelantada, permitió que Busquets apareciera por el centro y girara el juego.

Sustituciones de oro

La desventaja en el marcador obligó a Flick a actuar. Sin embargo, no había necesidad de un cambio de carácter táctico en forma de cambio de sistema ya que la presión estaba funcionando. Flick tuvo que aceptar las debilidades defensivas que trajo consigo el sistema de presión para poder establecer suficientes ‘acentos’ ofensivos. Puso un delantero, Füllkrug, y ocupó los puestos de banda derecha con Leroy Sané y Lukas Klostermann.

Sin elegir una formación diferente, Alemania aún pudo desarrollar más poder ofensivo y, en ocasiones, incluso presionó a España en su mitad. Jamal Musiala también obtuvo un nuevo papel tras los cambios. Se le permitió jugar un papel más central como número 10 detrás del delantero:

AFOPRO: