A lo largo de los años los ejercicios de entrenamiento han sufrido avances considerables tanto en su organización como en su puesta en escena. Los juegos reducidos entran en esta lógica de diferentes avances metodológicos. Y, aparentemente, presentan beneficios debido a la reducción de la complejidad de juego, los cambios estructurales y funcionales, el mayor contacto con el balón y la mayor participación activa de los jugadores.
En los últimos años se han llevado a cabo muchos estudios sobre los juegos reducidos, especialmente en cuanto a los comportamientos tácticos, aspectos posicionales, superioridades numéricas, tipo de esfuerzo, aspectos fisiológicos, cargas de entrenamiento y otras cuestiones.
Todos relevantes e importantes para la evolución del entrenamiento. Pero lo que más llama la atención es la interpretación de esos fenómenos. Si es descontextualizada (ajena a la realidad del juego), puede crear vicios que afectan a los aspectos tácticos o colectivos.
NECESIDADES Y ERRORES DURANTE LOS JUEGOS REDUCIDOS
Espacios: El nombre reducido ya indica que debe ser desarrollado en pequeños espacios, pero muchos entrenadores consideran que los juegos reducidos pueden ser orientados en pequeños, medios y grandes espacios siendo modificados por diversos perfiles de zonas y franjas.
Características de los juegos reducidos: muchas pueden ser las características de los juegos reducidos variando de acuerdo con cada realidad. Juegos zonales, con bandas, juegos de progresión, juegos recreativos y otras posibilidades. Algunos entrenadores han creado modelos. Y, sacar algunas ideas de otros contextos es interesante, pero el gran problema es copiar un ejercicio sin entender lo que está siendo trabajo en aquel momento.
Exceso de las estructuras 2×2, 3×3 y 4×4: la falta de progresión y la constante zona de equilibrio estático que estos juegos crean, hace que el ejercicio pierda un poco su característica de mutación posicional, progresiva, espacial y numérica. Y esa es la inestabilidad del juego, o sea, la magia de la organización-desorganización.
Los ejercicios reducidos sólo para desarrollar la dimensión física: el exceso de juegos reducidos en pequeños espacios con el propósito de desarrollar la dimensión física, además de hacer que los jugadores pierdan el contenido técnico-táctico, puede traer un exceso de aceleración/desaceleración/frenado y velocidad alta todo el tiempo, que de cierta forma genera una adaptación acumulativa, masificando estructuras, o lo que es lo mismo, un aumento de la posibilidad de lesión.
Posesión de balón: muchos hablan que el ejercicio reducido sirve sólo para trabajar la posesión de balón, y a veces los jugadores trabajan tanto la posesión de balón en pequeños espacios que van perdiendo el sentido de las otras interfaces del juego.
Exceso de conceptos, principios tácticos y reglas: últimamente todos los entrenadores están más conectados a las nuevas tendencias de entrenamiento. Por supuesto, organizar un ejercicio por organizar no tiene sentido, pero querer transformar un ejercicio en una parafernalia de reglas, principios y conceptos, transforma a los jugadores en títeres y el ejercicio apenas nos puede servir, además de dar una imagen pésima de puertas para fuera.
Estructuras inadecuadas de acumulación y espaciamiento: la disminución excesiva de los espacios a veces provoca una acumulación de jugadores, dejándolos rehenes de una aproximación excesiva entre ellos. Esta lógica hace que los jugadores pierdan la orientación de los espacios verticales-horizontales, o lo que es lo mismo, los espacios adecuados para acercarse al juego real. Los movimientos inconsistentes e inconstantes ocurren si el espacio reducido de juego es incorrecto.
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