Es difícil marcar realizando centros desde la banda, quizás más difícil de lo que piensas. Es por ello que hoy os explicaremos por qué, cuál es la mejor opción para hacerlos, y las ventajas que nos proporcionan cierto tipo de centros.
Antes de nada, veamos unos cuantos datos sobre los centros:
- 4 de cada 5 centros nos llevan a un cambio en el equipo poseedor. Es decir, que si tu equipo centra cinco veces, es probable que en cuatro de ellas el equipo rival se acabe haciendo con la posesión.
- Sólo 1 de cada 92 centros desde la banda se acaban convirtiendo en gol.
- En las 4 ligas principales (Premier, Bundesliga, Serie A, La Liga), los equipos centran cada vez menos.
Hemos intentado estudiar los centros desde la banda de la temporada pasada, y su valor a la hora de crear oportunidades de gol, esta parte que os presentamos es más subjetiva, pero puede que acabe siendo de vuestro interés por la información que os proporcionaremos:
Centrar desde la banda por regla general, acaba siendo una “pérdida de tiempo”. Lo ponemos entre comillas, puesto que, si tu rival está en equilibrio y preparado correctamente para el posible centro, la probabilidad de anotar es realmente baja, y cuando decimos baja, nos referimos a que ante un equipo bien posicionado, se marcan alrededor de 1 de cada 20 centros.
Los centros tradicionales aún funcionan, pero sólo en las situaciones que dispongamos de superioridad, ya sea a través de una ventaja numérica o si nuestra calidad en el juego aéreo sea mejor que el de nuestro oponente. Lo que habitualmente se conoce como ventaja o superioridad técnica. Piensa en un delantero de 1,90m enfrentándose a un lateral de 1,60m. ¿Es obvio quién ganaría ese salto verdad? Pues esa sería la ventaja técnica de la que hablamos.
Donde más éxito puede tener un centro es a través de un recorte previo, y un centro raso o bajo. Una vez se realiza el recorte, se desequilibra la línea defensiva rival, y es por ello que el tanto por ciento de situaciones de gol tras un centro que proviene de un recorte, es mucho más alto que una situación de centro normal y corriente.
Veamos por qué los centros rasos o los que vienen de un recorte/dribbling son más efectivos:
- Suceden más cerca de la portería, y esto aumenta exponencialmente la tasa de éxito.
- Es más fácil anotar con los pies que con la cabeza. Parece obvio, pero está claro que el tacto con el pie y la dirección que le puedes dar al balón, es más que efectiva con la cabeza.
- Anima al jugador a finalizar a un toque. El 70% de los goles marcados la temporada pasada son con una finalización de primeras.
- El recorte del jugador que centra, permite llegar con más jugadores y a la vez, corregir posicionamientos incorrectos. También mejorar el desmarque del jugador rival par.
- El centro raso tiene más opciones de tocar alguna pierna que pasaba por allí, o fomentar los errores del rival. Tanto para que se den goles en propia, como para tener más posibilidades de un rebote, los balones rasos son importantes.
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