Cómo construir un modelo de juego

La construcción de un modelo de juego es una tarea compleja que requiere conocimientos teóricos y prácticos. Por eso, a la hora de abordar su elaboración, los entrenadores deben tener en cuenta los siguientes aspectos: su idea de Juego, los jugadores disponibles, la cultura del club y la opinión del equipo técnico. Analizamos cada uno de ellos:

  1. La Idea de Juego del Entrenador

Cada entrenador representa a una idea de Juego, un pensamiento concreto sobre la forma de organizar el equipo en el campo.

Esta Idea de Juego del entrenador resulta de las múltiples experiencias que va acumulando, tanto como ex jugador, como entrenador.

La experiencia como jugador no se asume como condición para poder “abrazar” la carrera de entrenador. Sin embargo, es verdad que las experiencias acumuladas como jugadores, influencian al entrenador, ya sea de modo positivo o negativo. Es por eso que al construir una idea de Juego, el entrenador arrastra todos los conocimientos provenientes de su época de futbolista, ya sea para incorporarlos, o incluso para rechazarlos.

La experiencia acumulada como entrenador asume también gran importancia, pues la forma como se encara el juego al inicio de la carrera, no será ciertamente la misma, después de varios años. Por eso, toda la experiencia práctica, hace al entrenador más capacitado para la elaboración de un modelo de juego. Sin embargo, no sólo de experiencia vive el entrenador, sino también de todo el conocimiento científico (ya sea en libros, revistas, blogs, artículos, visionados de partidos, etc). Por eso, el entrenador deberá procurar estar constantemente actualizado.

La participación en coloquios, debates o cursos debería asumirse como una práctica corriente en la vida del entrenador.

  1. Jugadores disponibles

El entrenador de fútbol es como un jefe de cocina, debiendo procurar construir la mejor receta (equipo), con los ingredientes que se le ofrecen (jugadores).

En algunos casos el entrenador puede elegir algunos de los jugadores que desea para dar forma a su modelo de juego, sin embargo la mayoría de ellos se le imponen por parte del club.

Así, si se le da la posibilidad de contratar jugadores, el entrenador podrá elegir aquellos que reúnen las características tácticas, técnicas, físicas y psicológicas que mejor se encuadren con sus ideas de juego. En caso contrario, corresponde al entrenador analizar las cualidades y defectos de todos sus jugadores y relacionando ese potencial con su idea de juego, crear un modelo.

En definitiva, compatibilizar sus ideas con los futbolistas que tiene a su disposición. No comprendemos que se pueda construir un modelo de juego a priori sin tener en cuenta el “material humano” que se tiene. Las ideas del entrenador deben “casarse” con los jugadores que se tienen a disposición.

  1. Cultura del Club

Llevar nuestra idea y filosofía de juego a un club es fundamental, pero, sin embargo, el club tiene un historial que hay que tener en cuenta.

En algunos clubes, existe un historial de éxito asociado a una determinada forma de jugar, ya sea por traer éxitos al club o porque se asocia a la idiosincrasia de la afición. Por eso, es ciertamente una tarea difícil entrar dentro de una estructura y procurar imponer un estilo de juego diferente de aquel que en años anteriores condujo al éxito. Sin embargo, no nos parece un error metodológico intentar imponer una forma de jugar completamente diferente de la asociada históricamente a un club, siempre que tengamos en cuenta todo lo que podría conllevar esa decisión. Si buscamos implementar una filosofía de Juego diferente no tenemos éxito de inmediato, el riesgo de sufrir la presión de directivos/afición es mucho mayor. De todos modos, creemos que el entrenador debe tener la capacidad de correr riesgos, porque la vida de un entrenador, es un contrato con el riesgo constante.

Normalmente, los entrenadores de éxito son aquellos que tienen la capacidad de asumir riesgos, imponiendo un proceso de liderazgo con un impacto tan fuerte que los conduce a aceptar fácilmente lo que se les propone.

Conclusiones

No quisiéramos terminar este artículo sin resaltar algunos aspectos fundamentales de cómo construir un modelo de juego, en forma de conclusiones:

– El modelo de juego deberá potenciar los aspectos positivos de cada uno de los elementos que componen el equipo. Así, si tenemos un lateral derecho que es rápido con balón, deberemos potenciar ese tipo de situaciones. Si tenemos un jugador fantástico en el remate de balones aéreos a la entrada en el área, debemos exponer la aparición de situaciones de ese tipo. Y estos son algunos de los miles de ejemplos.

– Sin embargo, nuestro modelo de juego también debe ser capaz de “ocultar” las debilidades de algunos de los elementos del equipo. De este modo, si tenemos un portero con dificultades para jugar fuera de la portería, no deberíamos tener la defensa muy adelantada. Si tenemos un defensa central con dificultades en el juego de pies, deberíamos evitar salir jugando por su costado.

El modelo de juego no debe ser una construcción teórica impuesta, sino más bien un conjunto de comportamientos que son aprendidos y reaprendidos de forma activa y consciente por parte de los jugadores de tu equipo.


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