En el fútbol, uno de los aspectos más subestimados y, sin embargo, más importantes es la percepción y cómo afecta la toma de decisiones y la ejecución de acciones en todas las fases del juego. Sin embargo, la importancia de la percepción es inherente dado que cada acción en el campo está influenciada por lo que los jugadores perciben. La dimensión más importante y más comúnmente utilizada de la percepción en el fútbol es la visión. Mientras que los jugadores a veces usan otros sentidos, la capacidad de ver cosas como la pelota, compañeros de equipo, oponentes y sus posiciones al mismo tiempo en el campo, es vital.
“La percepción es realidad” – Lee Atwater
Los seres humanos tienen un campo de visión que oscila entre 180 y 200 grados horizontalmente y se obtiene a través de una combinación de las visiones foveal y periférica. Esto significa que en un momento dado hay entre 160 y 180 grados que un jugador no puede ver. Este rango de grados que un jugador no puede ver, es casi igual al rango que sí puede, la parte del campo que un jugador no puede ver también es una faceta clave del juego. Esta área que un jugador no puede ver es lo que se conoce como el “lado ciego”.
Posicionamiento en el lado ciego
Una característica clave del juego ofensivo efectivo es saber en qué se enfoca una defensa rival para funcionar de manera efectiva. Esta es la razón por la que la circulación rápida y efectiva de la pelota es más importante contra una defensa zonal, mientras que el movimiento rápido y efectivo del jugador es más importante contra una defensa que marca al hombre. Esta capacidad para hacer que los puntos de referencia defensivos sean difíciles de enfocar, es la principal fortaleza de la posición del lado ciego. Como su nombre indica, la posición del lado ciego es simplemente donde uno se coloca en el lado ciego de un oponente.
Independientemente de su sistema defensivo, los jugadores en un equipo defensor necesitan poder ver la pelota. La posición de la pelota, incluida su proximidad y la velocidad a la que viaja, proporciona varias claves para los defensores en cuanto a su posición, el momento de sus acciones y el nivel de peligro que representa un ataque.
El principal problema que el posicionamiento del lado ciego causa a un oponente es que requiere que priorice algunas situaciones concretas de lo que poder ver. Con un jugador colocado en el lado ciego de su rival, obliga a este oponente a elegir entre poder ver la pelota o a la marca/hombre.
Louis Van gaal, uno de los entrenadores que más utilizó esto, hablaba de una serie de factores interesantes. Uno de estos, como mencionamos antes, es el hecho de beneficiarse de la incapacidad del defensor para ver tanto la pelota como a su oponente.
Si el oponente defensivo elige ver a su rival exclusivamente, el poseedor del balón puede moverse con ella y la situación a su alrededor puede cambiar drásticamente para cuando quiera volver a ver la pelota. Esto significa que la elección del defensor de mantener a su oponente a la vista podría ser inútil de todos modos. La alternativa, que consiste en priorizar la visión de la pelota, deriva en que el jugador en el lado ciego del defensor puede moverse sin oposición, lo que es casi igualmente peligroso.
Posicionar a los jugadores en el lado ciego de un oponente puede crear varios otros problemas en un nivel más profundo.
En un nivel de defensa individual, los puntos de enfoque perceptivo se han dividido de una manera que hace que sea difícil actuar en ambos. Sin embargo, para defender bien eso es exactamente lo que necesitan hacer: mover constantemente su cabeza para ser conscientes de los movimientos (por leves que sean) detrás de ellos y cualquier cambio en la ubicación de la pelota o poseedor frente a ellos.
Con esta “multi tarea” viene otro problema: la atención. La teoría de la atención parcial continua es una forma de describir cómo el cerebro humano se enfrenta a la multitarea. Esencialmente, argumenta que el cerebro solo puede dar a cada tarea una atención parcial, lo que significa que corremos el riesgo de perder detalles relevantes. En este caso, esto es complicado debido a los peligros que tanto el portador de la pelota como el oponente en el lado ciego pueden representar a corto plazo. Por supuesto, esto es solo una teoría pero muestra la dificultad inherente de realizar diversas tareas a la vez.
En un nivel colectivo, la posición en el lado ciego puede obligar a tus oponentes a compensar de manera defensiva, abriendo espacio en otras áreas. Los movimientos defensivos contra el espacio del media punta son un buen ejemplo de esto. Cuando se enfrentan a oponentes que sobrecargan el espacio de tres cuartos, la línea del medio campo de muchos equipos reacciona moviéndose más profundo y más estrecho. Si se vuelven demasiado profundos y estrechos, perderán el acceso para defender el espacio frente a ellos así como las bandas, por lo que se harán vulnerables a las progresiones en estas áreas.
Como podemos ver, el posicionamiento del lado ciego puede causar problemas importantes a los defensores, así que ¿cómo puede usarse estratégicamente para aumentar la potencia de los ataques?
Van Gaal le ordena a su centrocampista de ataque que se mueva en dirección opuesta a la pelota. Esto no solo crea el potencial para que los pases diagonales rompan la línea del medio campo rival, sino que además, al haber basculación defensiva, el acudir este centrocampista en dirección opuesta, generará una superioridad numérica en la zona de caída de este jugador.
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