En este ejercicio de entrenamiento que os traemos hoy, trabajaremos dos conceptos concretos, y cada equipo manejará un rol distinto. En primer término, habrá un equipo defensor que intentará trabajar la mejora para salir con el balón jugado desde atrás. Por otro lado, encontraremos un equipo que tratará de evitarlo, y mejorar la toma de decisión en las transiciones ofensivas, buscando que sea al primer toque o de la manera más inmediata posible.
El equipo atacante (en azul en el gráfico), tendrá un total de 8 jugadores: dos centrales, dos laterales, dos pivotes y dos delanteros o referencias ofensivas. Por su lado, el equipo defensor (amarillo), contará con dos delanteros y una línea de cuatro centrocampistas por detrás (extremos por banda, pivotes por dentro).
El objetivo inicial del equipo atacante será salir con el balón jugado con centrales, para que estos, dependiendo de la presión alta que ofrezca el rival, decidan jugar con uno u otro compañero. Es importante hacerle saber a los jugadores que la manera más rápida de superar líneas de presión será jugar en vertical, que además evitará que el equipo defensor tenga facilidad para defenderse, lo contrario que si el equipo jugara directamente con su lateral (la basculación para esa línea de cuatro jugadores defensivos sería demasiado sencilla).
En la imagen mostramos al central jugando directamente con el pivote, pero para este sistema en concreto (lo hemos basado en el 1-4-4-2) deberían buscar directamente a la referencia más ofensiva, que en este caso son los delanteros libres de marca de la zona final. Si el equipo consigue llegar a esa última zona, estas referencias se quedarán solas en un 2×1 ante el portero rival. Esto fomenta dos cosas: la primera, que el equipo atacante busque constantemente el concepto de verticalidad para encontrar a las referencias más ofensivas y saltarse líneas de presión, y segundo, que el equipo defensor haga un esfuerzo extra a la hora de presionar para evitar esta “injusticia” en la disposición de la tarea. Si uno no defiende bien, el resto del equipo sufrirá las consecuencias.
¿Por qué dividimos el espacio en cuatro espacios? Es primero una buena manera para que los jugadores mantengan las distancias y espacios correctos en ataque a la hora de crear el juego ofensivo, pero también ayuda al equipo defensor a no saltar a la marca antes de tiempo o dejar a su línea en inferioridad numérica; digamos que se puede trabajar la defensa zonal. Ningún jugador defensor o atacante puede caer si no es para crear algo (superioridad numérica en equipo atacante) o para evitar algo (que el equipo defensor esté en inferioridad). Por tanto, el equipo atacante podrá acceder de una zona a otra siempre que sea con balón, nunca sin él. El equipo defensor sólo caerá o avanzará, si su par (pivote con pivote, extremo con lateral), avanza con balón o recibe en su propia línea de juego.
El equipo defensor, que pasará a ser atacante tras el descanso del ejercicio (unos 12 minutos por equipo en cada rol y un descanso de 3), tendrá la misión de evitar los pases entre líneas, orientando a su rival a banda para evitar problemas, y sobre todo, su misión principal, encontrar al primer toque tras recuperación, al jugador más avanzado para finalizar inmediatamente a portería. La disposición por zonas permitirá tener siempre a dos referencias de ataque, en este caso dos delanteros, en una posición perfecta para la finalización a portería.
El concepto principal de este ejercicio es salir con el balón jugado desde atrás, haciendo daño por dentro, y por eso mismo debemos fomentar esa mejora. Esto significa, que los goles tras salida de balón contarán por 2, y hacerlo tras una recuperación y transición, contará 1. Debemos hacer entender a los jugadores que el error forma parte del juego, y que hay que tomar riesgos, aunque provoquen transiciones que nos hagan daño, para poder tener una idea de juego combinativo eficaz.
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