La charla del descanso es un aspecto vital de nuestra función como entrenador. En este periodo de 15 minutos, debe comunicarse de manera efectiva con los jugadores de manera individual, grupal y con tu cuerpo técnico. También hay que proporcionar un plan claro para la segunda mitad, y crear la mentalidad correcta dentro del grupo.

A continuación, os mostraremos algunos consejos para llevarla a cabo.

1- ADMINISTRA EL TIEMPO DE MANERA EFECTIVA

Tienes 15 minutos, pero eso no significa que vayas a hablar en  cada uno de ellos. Es tan sólo un descanso entre dos partes del juego, de los cuales, 90 segundos los pierdes en volver al vestuario, y otros tantos para volver al terreno de juego. Por tanto, ya se ha reducido tu tiempo a unos 12 minutos aproximadamente.

2- SEPARA EL TIEMPO EN TRES PARTES

A) Habla con tus asistentes (si los tienes) y compartid sensaciones.

Por regla general tendrás una estrategia de partido, así que el razonamiento principal será si se está llevando a cabo de manera correcta o si hay que cambiarla debido a la situación en la que está derivando el partido.

Lo siguiente será imaginar que vendrá en la segunda mitad: ¿Qué mensaje debes enviar a los jugadores? ¿Será un mensaje técnico, táctico, psicológico? ¿Se ha encontrado el equipo en una situación así anteriormente?

Recuerda que el entrenador rival también reaccionará y realizará cambios tácticos o de jugadores llegado el caso. Si estás familiarizado con él o con su mentalidad, es posible que puedas hacer un buen juicio y adelantarte a lo que vaya a hacer.

Durante esta primera parte del descanso, los jugadores hablarán entre ellos, se hidratarán, compartirán su visión, etc.

Ahora tu cuerpo técnico, tú y tus jugadores, ya tendréis más claro y ordenado todo lo ocurrido. Ya estarás listo para comunicarte con tus jugadores.

B) Charla con tus jugadores (por grupos)

Ofrece claridad a los jugadores de tu equipo. Sé claro sobre lo que se requiere o lo que te gustaría que hicieran. Habla a jugadores que están unidos posicionalmente para dar las explicaciones, evitando que recaiga toda la culpa en uno de ellos. De esta manera, aunque estés hablando de un jugador en concreto, se involucrarán todos los de su línea.

Tu mensaje debe estar asociado a tareas, situaciones de entrenamiento o con momentos que puedan dar confianza al jugador.

C) Charla con tus jugadores (todo el equipo)

Sé claro. Si hacemos “esto”, entonces “esto” sucederá.

Trata de apegarte a dos o tres aspectos clave que sean esencial para el juego del equipo o para su mentalidad. No te dejes atrapar por discusiones sin sentido o por cosas intrascendentes. Los ejemplos pueden ser:

  • Hacer referencia al plan de juego inicial
  • El estado de nuestro juego

A partir de este pensamiento global, plantea las soluciones a las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo podemos influir en el partido? Intenta hacer un dibujo mental a tus jugadores para que visualicen las situaciones en las que pueden hacer daño al rival
  • ¿Quiénes son sus jugadores peligrosos? ¿Cómo podemos evitar que lo sean?

Sé consciente de tu tono y tu lenguaje corporal. Pero también de la de los jugadores. Si notas comportamientos extraños o algo negativo en sus caras, aprovecha y comunícate con ellos personalmente al salir del vestuario para asegurarte de que han entendido el mensaje correctamente.

Las partes 2A y 2B se pueden hacer delante de todos, pero también puedes decidir hacerlo por grupos. También una mezcla de ambos. Lo importante es que tú como líder, te encuentres lo más cómodo y seguro posible. Tú decides qué prefieres.

Pero sobre todo, decidas lo que decidas, aunque ellos vean lagunas o no estén de acuerdo con algo, habla con el máximo optimismo posible intentando dar solución a sus quejas o inseguridades.

3- EL USO DEL STAFF TÉCNICO 

– No pretendas ser un súper hombre, usa a tu grupo para delegar. Es posible que ellos sean capaces de llegar a algún jugador en concreto más que tú. Hay jugadores que tienen más confianza en los auxiliares que en su propio entrenador. Utilízalo para que la charla sea aún más efectiva.

– Deja que hablen. Cada miembro del cuerpo técnico tiene un rol diferente en el día a día, pero también en la charla. Es bueno para el equipo oír diferentes tonos de voz e ideas. Evita la monotonía. Pero eso sí, aseguraos que vais todos en la misma dirección; esto lo conseguiréis en la primera parte que hemos explicado, justo después de que empiece el tiempo de descanso.

Conclusión

Trata de crear una forma de comunicación efectiva en la que tus jugadores estén familiarizados con el “timming” de esos 15 minutos que dura la charla del descanso. Que sepan cuando pueden hablar, y cuando van a hacerlo sus entrenadores. Haz que esta buena comunicación no sea únicamente en días en las que las cosas no están yendo bien, sino también en esos partidos en que todo está resuelto para tu equipo al descanso.

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