En este artículo, hemos decidido centrarnos por completo en la aplicación de los conceptos para desmarcarse en el fútbol mediante una tarea de entrenamiento muy sencilla.
Diseño básico
Para enseñar a los jugadores cómo desmarcarse, primero debemos crear un entorno de entrenamiento donde se necesiten situaciones de desmarque. Lo primero que hay que decidir, entonces, es cómo hacerlo, y la variable principal utilizada a lo largo de los ejercicios, es el número de jugadores. Particularmente tener un número par de jugadores dentro de una zona. Esto naturalmente fomentará un marcaje al hombre, o al menos, un gran número de duelos individuales.
Ejercicio a pequeña escala
Desde una perspectiva metodológica, particularmente cuando se trabaja en aspectos de movimiento/posicionamiento, parece efectivo entrenar inicialmente a través de “ejercicios a pequeña escala”. Al crear ejercicios a pequeña escala, el objetivo es utilizar solo a tantos jugadores como sea necesario, mientras se mantiene la mayor parte del contexto táctico detrás de las decisiones.
Con menos compañeros de equipo, el énfasis en que cada jugador se posicione y se mueva bien aumenta, ya que los ejercicios simplemente no funcionarían bien de otra manera. Sin embargo, con más compañeros de equipo, la capacidad de los jugadores de confiar en que un compañero de equipo juegue bien aumenta, lo que puede dificultar el aprendizaje.
Los jugadores en cualquiera de los extremos deben permanecer en las zonas finales, mientras que los dos jugadores centrales deben permanecer en la zona media. La idea básica es obtener continuamente el balón de un jugador de la zona final al otro, pasando por el atacante central en el proceso.
El contexto detrás del diseño de este ejercicio es el de entrenar el comportamiento de los jugadores marcados antes de recibir la pelota cuando el poseedor tenía espacio y tiempo. Este contexto táctico es recreado esencialmente por tres factores; en primer lugar, que el defensor no tiene permitido presionar al jugador de la zona de anotación, en segundo lugar, que el jugador central tiene que tocar el balón en la jugada y, por último, la naturaleza direccional.
Dado que el defensor no puede presionar al jugador de la zona final y detener el ataque, deben concentrarse en tapar la progresión hacia la zona media. Además, la pelota tiene que pasar por el jugador central, por lo que tiene sentido que el defensor se concentre en bloquear pases hacia ellos.
Patrones de movimiento
“Manténgase alejado de la pelota, caiga lo más tarde posible y cambie su movimiento si el oponente lo sigue antes de que llegue la pelota”
Dentro de este ejercicio básico, se puede enseñar una tonelada de fundamentos con cada jugador teniendo varias repeticiones dentro de un contexto táctico similar. En primer lugar, el movimiento del jugador central para crear la separación necesaria entre ellos y su marcador es clave. Dado que el portador de la pelota tiene tiempo y espacio, el movimiento inicial debe estar alejado de la pelota, para garantizar que el tiempo y el espacio del poseedor no se reduzcan.
Esencialmente, el jugador central necesita crear una situación donde la distancia entre ellos y la pelota sea más corta o igual a la distancia entre ellos y su oponente. Los movimientos dobles son, pues, un resultado natural.
Sin embargo, el momento en que el jugador cambia su movimiento es vital. Al caer hacia la pelota, si el oponente sigue el movimiento antes de que se ejecute el pase, el defensor tiene una buena oportunidad de crear presión en el primer toque del jugador, o ponerse al frente e interceptar el pase.
Patrones de recepción
“Debes saber desde dónde se acerca el oponente y mantener tu cuerpo entre ellos y la pelota”
Habiendo creado la separación y con el pase en camino, las habilidades de recepción de los jugadores entran en juego. El primer aspecto de las habilidades de recepción es tener conciencia de la posición de los oponentes y la dirección de presión, ya que esto determinará qué tan efectivo es el patrón de recepción. Si el oponente no puede llegar para presionar en el momento en que se recibe la pelota, el jugador naturalmente debe girar.
Si el oponente llega a toda velocidad, usar su impulso contra ellos puede resultar en un giro fácil. Cuando el oponente está cerca, la posición del cuerpo del jugador para proteger la pelota es imperativa. En estas situaciones, recibir con el pie alejado del oponente debe permitir el uso del pie, el torso y los brazos como escudo.
La entrega del pase puede dar información al compañero de equipo sobre el oponente. Por ejemplo, una entrega rápida al pie trasero (pie más alejado de la pelota) debe indicar que el jugador tiene espacio para girar, mientras que una entrega diagonal hacia un lado de la zona muestra al atacante que su oponente se acerca.
Cuando el oponente está lejos, y cuando el oponente llega a la máxima velocidad puede ser fácil de tratar. El problema más complejo es cuando el oponente llega pronto pero lentamente, ya que estará mejor preparado para defender.
En este caso, el atacante debe manipular al oponente. Una forma de hacerlo es fingir girar en una dirección orientando la pelota, antes de girar en sentido contrario.
Movimiento posterior a la recepción
En algunos casos, cuando el atacante recibe la pelota, el oponente llega para presionar inmediatamente su primer toque, mientras controla su velocidad. Girar se vuelve arriesgado y puede que les falte tiempo para manipular al oponente. En tales situaciones, dejar la pelota al jugador de la zona final y ajustar la posición es una buena solución.
Al ajustar su posición después de dejar la bola, el atacante puede crear un problema para el oponente. El pase directo entre los jugadores de la zona final es ahora una posibilidad.
Dependiendo de la decisión de los oponentes, esto podría llevar a recibir con más tiempo y un mejor campo de visión. Sin embargo, la clave es asegurar que se mueva en una línea vertical diferente al jugador de la zona de extremo más alejada, para maximizar el espacio que el oponente debe defender.
Sin embargo, si se juega el pase directo al jugador de la zona final, es vital que el jugador central sepa que su trabajo no está terminado. Mientras la pelota viaja, es clave que ajusten su posición para poder recibir de inmediato.
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