¿Por qué usar porterías inversas en los entrenamientos?

La mayor influencia en el comportamiento de los jugadores durante un partido, la crean las porterías. La posición y la ubicación de las porterías crea una especie de “atracción gravitatoria” que hace que ambos equipos se sientan atraídos hacia la zona central del terreno de juego. La proximidad de los dos porterías pone un énfasis aún mayor en la intención, cada decisión en esta actividad debe tener un propósito o correremos el riesgo de recibir un castigo inmediato por nuestros errores.

Reglas básicas en ejercicios con las porterías inversas

El equipo en posesión debe resolver el problema de desplazar al equipo defensor y poder marcar en cualquiera de las dos porterías. Los equipos pueden anotar en cualquier portería y en cualquier momento durante la tarea. Dependiendo de los objetivos de entrenamiento del día, el equipo que haya recuperado el balón puede hacer la transición inmediata a cualquiera de los dos porterías o estar condicionado a asegurar X cantidad de pases antes de que se les permita marcar.

Los métodos alternativos de puntuación podrían incluir: completar un número de pases establecidos por el entrenador, avanzar la pelota a través del espacio central entre las dos porterías, o transferir la pelota de una zona específica a otra. Esto obliga a los jugadores a ser “artistas espaciales” en constante búsqueda del mejor posicionamiento y orientación en el campo. Defender y atacar al filo del error exige mayor concentración y conciencia en todo momento.

La introducción de las porterías inversas eleva inmediatamente el nivel de competitividad dentro del grupo. La razón por la que se usan estos ejercicios es hacer que los jugadores piensen y actúen con más frecuencia.

Echando un vistazo al diseño de la actividad, podemos analizar una serie de aspectos implícitos básicos que deberemos fomentar y hacer entender a los jugadores:

  • Engañar al rival
  • Jugar por el carril central
  • Usar el balón como herramienta para manipular a los defensores
  • Pasar para atraer
  • Defensa pro-activa
  • Cierre de líneas de pase

El siguiente ejercicio es solo un ejemplo de cómo llevar al terreno de juego la teoría que os acabamos de explicar. Un 4 contra 4 con 1 comodín:

La idea subyacente en el ejercicio es crear espacio entre los oponentes para poder recibir sin intercepción o bajo presión inmediata. El uso de pautas tales como “posicionarse tan lejos como puedas y tan cerca como sea necesario” en posesión, creará crisis decisionales para el equipo defensor. Esto pondrá a los defensores en situaciones difíciles en las que tendrán que elegir entre priorizar el balón o el jugador.

Añadiremos la condición de tener un jugador en cada una de las cuatro zonas, obligando al jugador a tomar conciencia de su propio espacio en relación con sus compañeros de equipo y los oponentes. Desde cada zona respectiva, los jugadores deben crear espacio entre sí y también reconocer cuándo es el momento adecuado para brindar apoyo en una nueva zona. Lo más importante es que los jugadores en cada zona deben aprender a crear espacio para ellos mismos. Aquí el entrenador puede dar indicaciones sobre los movimientos previos y varios métodos de desmarque.

La idea de añadir un comodín es atraer a los oponentes y fijar su percepción para liberar a un compañero de equipo o un espacio clave para que éste llegue. El movimiento debe ser lo más eficiente posible, para que esto ocurra, los jugadores deben ser conscientes de cómo está colocada la oposición. Sólo así los intercambios o rotaciones pueden servir para algo.

La tensión cognitiva en estos ejercicios puede ser bastante alta. Esto creará errores habituales tanto ofensivos como defensivos, por tanto necesitarás armarte de paciencia, ya que lo único que requiere forzar a pensar al jugador es la mezcla entre la paciencia, las directrices claras, y preguntas que le hagan plantearse las acciones que está llevando a cabo.


No hay comentarios

Deja una respuesta