El enfoque tradicional para enseñar fútbol, ​​o cualquier deporte, ha sido dividirlo en una versión simplificada y enseñar cada una de las habilidades de manera aislada. Un ejemplo de un ejercicio aislado sería hacer que por parejas se envíen balones largos para mejorar el desplazamiento de balón, o que un jugador haga zigzag con la pelota alrededor de varios conos. Los beneficios de este enfoque son que los jugadores no tienen que preocuparse por un oponente, pueden enfocarse completamente en su conjunto de habilidades técnicas, maximizan la repetición de esa habilidad y no sobrecargan a los jugadores con la complejidad del contexto del juego. Para los niños, esto representa una manera fácil de introducirse en este deporte. También sirve como para uno de esos problemas tan habituales hoy en día: cuando hay limitaciones de espacio o de número de jugadores. Los ejercicios aislados solo requieren de uno o dos jugadores y muy poco espacio.

Por el contrario, un enfoque holístico o enfoque basado en el juego intenta imponer en un contexto de partido a los ejercicios. En lugar de tener líneas y jugadores estáticos, los jugadores tienen la libertad de moverse y la opción de tomar decisiones. Este movimiento y la toma de decisiones obliga a los jugadores a evaluar la situación para tomar las decisiones correctas. Esto se denomina “aprendizaje diferencial” bajo el trabajo pionero de Wolfgang Schöllhorn:

“Las ideas de Schöllhorn se refieren en gran medida a influir en el entorno y el contexto dentro del cual tiene lugar el aprendizaje. Por ejemplo, para ayudar a un jugador a aumentar la efectividad de su ejecución de la habilidad de “controlar el balón”, sugeriría que en lugar de simplemente hacer que el jugador complete un número determinado de repeticiones de la acción objetivo (en este caso controlar el balón), el jugador debería en su lugar, verse obligado a lidiar con varios cambios de situación y ambiente mientras ejecuta la acción. Estas “perturbaciones” (Schöllhorn et al. 2009) aumentan el número de procesos mentales que el jugador debe emprender y se introducen en el entorno de aprendizaje para obligarlo a cometer errores. El jugador tendrá que tomar diferentes decisiones durante la ejecución de sus habilidades para encontrar la solución a estos problemas”.

Resumiendo: en lugar de hacer que un jugador reciba el pase del compañero sin más, añadirle un defensor justo detrás, recibir el balón en izquierda o derecha, pegarlo a la línea de banda para que deba estar pendiente de que el balón no se marche fuera, etc.

Añadir compañeros de equipo, jugadores rivales, porterías, etc. aumenta las llamadas “perturbaciones”. El entrenador debe ser consciente de que demasiadas “perturbaciones” pueden abrumar a los jugadores más jóvenes e inexpertos. Si es demasiado difícil o fácil para los jugadores, entonces el aprendizaje diferencial no se puede maximizar. Aquí el entrenador necesitará modificar el ejercicio manipulando el tamaño de la zona de juego, número de jugadores, objetivos y reglas, etc.

El objetivo del aprendizaje diferencial es fomentar la percepción del jugador, la toma de decisiones y la ejecución de habilidades:

  • La percepción se refiere a la recepción de información que se puede escuchar, ver y sentir en un campo de fútbol. Esta información permitirá a un jugador determinar la posición de la pelota, del espacio, los compañeros de equipo y la oposición.
  • La toma de decisiones se refiere a la elección que hace un jugador en función de la información recopilada para lograr su objetivo. Sin una percepción adecuada, la decisión puede ser errónea.
  • La ejecución se refiere a habilidad de un jugador de llevar a cabo correctamente una acción. La calidad de la ejecución dependerá de la habilidad del jugador. Sin embargo, sin la percepción y la toma de decisiones adecuadas, el jugador puede entrar en pánico, lo que nos lleva a una ejecución deficiente.

Mientras que el enfoque aislado se centra únicamente en el elemento de ejecución, el enfoque holístico garantiza que todos los elementos se integren en el ejercicio. Un jugador que corre con la pelota alrededor de los conos en cada sesión de entrenamiento puede mejorar su técnica, pero puede tener dificultades para tomar las decisiones correctas en el partido. Por ejemplo, el jugador puede no saber cuándo desacelerar o acelerar, cuándo pasar la pelota o cuándo mantenerla, y así sucesivamente. Además, cuando se le coloca en un entorno de entrenamiento de ritmo alto y con poco tiempo y espacio, un jugador puede entrar en “colapso” y hacer un mal control de la pelota por poner un ejemplo. En un partido real, el jugador tiene que dividir su atención en la pelota y su entorno. Esto explica por qué los jugadores pueden parecer excepcionales en los campos de entrenamiento, pero tienen dificultades en los entornos de partido.

A pesar de su apoyo por parte de los principales entendidos de la metodología de entrenamiento, muchos entrenadores aún hacen sesiones aisladas debido a la ignorancia o la cabezonería. Ciertamente, puede ser más complejo diseñar un ejercicio que sea con un enfoque holístico cuando es mucho más simple hacer que los jugadores se coloquen uno frente al otro y se pasen balones entre ellos. Pero si de verdad tenemos pasión por nuestra profesión, dedicaremos el tiempo que merecen nuestros jugadores a diseñar ejercicios con enfoque holístico para que mejoren.

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