Después de haberse convertido en uno de los ejemplos a seguir entre los expertos y los entrenadores modernos de todo el mundo con su estilo de fútbol vertical y de presión alta (gegenpressing) en el RB Salzburg y el Bayer Leverkusen, seguido de una breve pero exitosa temporada en China con Beijing Guoan, Roger Schmidt volvió a Europa para entrenar al PSV, y ahora, al Benfica.
Por lo tanto, hemos creído que sería una buena idea analizar un ejercicio de entrenamiento que usó a principios de esta temporada, mencionando algunos detalles dentro del mismo y de cómo se relacionan con su modelo de juego.
El ejercicio que queremos analizar de esta sesión de entrenamiento fue una especie de rondo doble con algunos elementos del juego posicional y de presión tras pérdida, combinados con el juego vertical típico de Roger Schmidt.
La forma básica de este ejercicio está muy extendida y es muy popular en el fútbol profesional. Por lo general, se forman 3 equipos con X jugadores, cada uno jugando alternativamente en posesión/presión de balón.
Para este ejercicio se formaron 4 equipos de 4 jugadores cada uno.
Similar a la forma básica que acabamos de mencionar, esta formación constaba de dos cuadrados colocados diametralmente entre sí y dos polos en el medio. Aquí entra en juego la primera variación, que se refiere al modelo de juego de Schmidt. El campo y, por lo tanto, las distancias que los jugadores deben cubrir después de perder el balón son muy largas.
El equipo rojo juega un 4 contra 2 contra el equipo amarillo con el apoyo de los dos jugadores blancos, lo que resulta en un rondo de 6 contra 2. Los jugadores en posesión se limitan a un toque. Aquí es importante señalar que los jugadores blancos siempre apoyan al equipo con posesión de balón. Solo los equipos azul, amarillo y rojo pueden actuar como un equipo de presión tras pérdida si es necesario.
Por lo que se pude ver, se les suele dar el peto blanco a los jugadores centrocampistas.
El equipo en posesión tiene como objetivo mover el balón a la otra casilla después de un cierto número de pases. Cuando lo haga, jugará con los dos de blanco del otro costado, que se colocarán en la zona central para dejar de cara y avanzar a la siguiente casilla (más adelante lo explicamos). Si roban los jugadores de dentro, juegan con los de la zona central, y obligan al equipo que atacaba a irse hacia la otra casilla a defender (los 2 más cercanos; los otros se quedan en la zona media):
En la imagen: flechas rojas cuando el equipo defensor recupera la pelota; flechas negras cuando el equipo atacante da el número mínimo de pases.
Aquí puede ver un breve clip del ejercicio de entrenamiento:
¿Qué papel realizan los jugadores blancos?
A primera vista, esta pequeña regla no parece ser muy especial. De hecho, agregar pases usando el tercer hombre a sus ejercicios es algo que hacen muchos entrenadores.
Esta tarea se utiliza para incrustar los conceptos clave del estilo de juego de Roger Schmidt, donde los automatismos se crean a través de la repetición, incluso, en este caso, sin oposición en el camino. Incluso con un diseño de ejercicio de entrenamiento lo suficientemente simple, el aspecto clave es que sigue siendo coherente con el estilo de juego que implementará Schmidt. Pases verticales, dejadas de un toque, juego de cara con los llegadores, todo hecho con una velocidad de pelota rápida y una buena sincronización del movimiento.
Incluso para los profesionales capacitados, estos hábitos deben ser entrenados repetidamente para convertirlos en el ADN del equipo. Este es el tipo de ejercicio que no termina hasta que todos los pases se hacen de manera correcta o a la velocidad concreta, los controles estén bien amortiguados para el pie correcto del receptor, etc. Por lo tanto, (en teoría) se convierte en un hábito, y el hábito debería traducirse en el terreno de juego el día del partido. De ahí que los jugadores de blanco utilicen este tipo de posicionamiento en el momento de ir de uno a otro rondo.