En la era moderna del fútbol, los extremos pueden ser tan vitales para marcar goles y crear oportunidades como cualquier otra posición en el campo. Superestrellas de élite como Mohamed Salah y Khvicha Kvaratskhelia lo han ilustrado a la perfección estos años, tanto por su destreza goleadora como en la creación de oportunidades. En este artículo, desglosamos cómo pueden moverse tus jugadores extremos sin el balón para rozar la excelencia.
1. Carreras en el lado ciego
Independientemente de la zona del campo, los extremos de élite se liberarán de sus marcadores haciendo “desmarques por el lado ciego”. Se trata de carreras realizadas más allá de la línea de visión del defensor más cercano. Arriba puedes ver cómo el defensor del Leicester es sorprendido mirando el balón, mientras se realiza el pase. El jugador del Leicester ni siquiera tiene idea de que Rashford está allí, debido a la posición del jugador inglés en el lado ciego.
2. El jugador fantasma
El momento de la ejecución también es imperativo para el proceso. Si bien los jugadores jóvenes a menudo corren lo más rápido que pueden para ir más allá de su marcador y entrar al área, este no siempre es el enfoque más efectivo cuando el balón está en el lado opuesto del campo.
Siempre habrá momentos en los que llegar temprano y mantener una buena posición resultará en goles. En los contraataques, también será imprescindible la velocidad para entrar en el área y adoptar una posición inteligente lejos de los defensores. Pero muchos jugadores pierden oportunidades al llegar demasiado pronto al área de penalti.
En lugar de llegar demasiado pronto, los extremos deben llegar con cautela al área de penalti en el momento adecuado. Raheem Sterling se acostumbró a esto durante su estancia en el Manchester City, donde entraba como fantasma al área en el momento vital para rematar una oportunidad. Mira en la imagen anterior qué tan lejos de la situación permanece Sterling, mientras el balón se juega hacia el lado opuesto del campo para su compañero de equipo, Bernardo Silva.
Sterling casi parece desconectado y ajeno a lo que ocurre, lo que permite que sus compañeros atraigan la atención. Pero el ex jugador del City sigue siendo el principal objetivo del pase.
Los defensores consumen toda su atención hacia los jugadores que ya se encuentran en las posiciones más óptimas para anotar, olvidándose por completo del posible jugador que aparece más adelante. Bernardo Silva, en cambio, percibe perfectamente el momento y realiza el pase a su extremo contrario.
El “jugador fantasma” en el sentido futbolístico requiere que los extremos sean pacientes, casi sin pretensiones, mientras corren lentamente hacia el área de penalti, antes de acelerar rápidamente para superar al defensor más cercano. Debido al cambio brusco de velocidad, el defensor más cercano no puede reaccionar antes de darse cuenta de lo sucedido.
Ahora bien, esto no quiere decir que “hacerse pasar por fantasma” siempre sea el mejor enfoque. Jugadores como Heung-Min Son han marcado muchos goles a lo largo de los años volando, llegando rápido y adelantándose al defensor más cercano antes de que tuviera tiempo de parpadear. Pero cuando el rival está bien preparado para defender, a menudo puede ser el jugador que llega tarde a la situación el que acaba marcando el gol.
3. Llegar y cambiar
No hay mejor término para esta maniobra inteligente que “llegar y cambiar”. Tomemos este maravilloso ejemplo de Sterling en sus primeros días con los Citizens. Se acerca al balón fingiendo que le gustaría recibirlo y luego rápidamente se lanza hacia el otro lado, dejando al defensor con los pies mal orientados y sin posibilidad de corregir posición.
Para recalcar este punto, el movimiento no siempre tiene que ser hacia adelante. A veces puede ser hacia atrás y luego hacia adelante, y otras veces puede ser hacia los lados o hacia atrás. Se trata de leer el momento y crear un espacio óptimo para la situación.
4. De fuera a adentro
Un extremo a menudo empezará desde una posición más abierta. Buscar los momentos adecuados en los que pueda explotar los huecos y aprovechar los espacios entre los defensores será imprescindible para liberarse o liberar a un compañero. Aquí es donde los movimientos “de afuera hacia adentro” pueden ser tan efectivos, donde se curva una carrera desde los bordes exteriores del campo hacia el “interior” más cercano a la portería.
Los extremos deben reconocer que, si bien a su entrenador le puede encantar que mantengan la amplitud, su papel nunca debe limitarse a permanecer estrictamente en las zonas de banda (incluso si el entrenador se lo impone). Siempre que el balón está en el lado opuesto, el extremo a menudo puede apostar por comenzar a correr hacia el centro, tal vez incluso permitiendo que un lateral se coloque a su lado. Esto permite jugar a la espalda de la defensa, recibir por dentro, o liberar la zona después de atraer a la línea defensiva rival.