La tarea consiste en dos equipos de cinco jugadores cada uno en el espacio interior. Dos jugadores de cada equipo estarán posicionados en los fondos del campo y se les permite moverse solo dentro del rango que se muestra en la imagen. Les llamaremos “jugadores en profundidad” a los que se recomienda rotar cada cierto tiempo.
El objetivo es marcar un gol en cualquiera de las mini porterías. El gol sólo será válido si precede de un toque de los jugadores en profundidad.
Recomendamos dividir las zonas como están en la imagen para ayudar a los jugadores a posicionarse. Puede usarse explícitamente para restringir los espacios permitidos y/o necesarios para ocupar en cada momento, dependiendo de la posición y el movimiento de la pelota, los compañeros de equipo y los oponentes. Nosotros recomendamos que el equipo poseedor sólo pueda ocupar la zona inmediatamente posterior al poseedor, y que los defensores puedan ocupar las tres zonas, pero en esquema 1-3-1 o 1-2-2. Aunque por supuesto, dependerá del sistema de juego con el que quieras trabajarlo.
Además, esta tarea debería usarse como un recordatorio de las zonas que deben ocuparse sin que el entrenador obligue explícitamente a los jugadores a ocuparlas. Esto puede ser útil cuando los jugadores han adquirido los fundamentos de las referencias posicionales.
Explicación de la tarea
Este juego, como todos los juegos direccionales sin reglas altamente restrictivas, tiene la ventaja de su versatilidad y la capacidad de adaptarse a diferentes objetivos dependiendo de varios factores con pequeñas modificaciones. En un sentido general, los objetivos están en torno al trabajo de la dinámica de profundidad y las acciones relacionadas con el principio de verticalidad. Más concretamente del tercer hombre y la profundidad.
Desde un punto de vista teórico, el principio de verticalidad es uno de los principios más importantes del juego. Se trata de amenazar continuamente la estabilidad defensiva del oponente. Obviamente, no hay una opción más valiosa que un jugador cercano a la meta del oponente y con las condiciones suficientes para anotar o penetrar. En esta práctica, estos jugadores están especialmente posicionados para crear situaciones de tercer hombre.
Un comentario importante que se debe hacer aquí es que esta práctica debe entenderse como un componente dentro del proceso de entrenamiento/enseñanza de una idea basada en la posición y, por lo tanto, dentro de una periodización táctica estructurada (que está fuera del alcance de este artículo).
La importancia de este ejercicio, radica en la mejora del juego de posición a través de movimientos de tercer hombre, el posicionamiento intencional, la comprensión de cómo provocar y explotar las superioridades posicionales a través de diferentes acciones y la circulación de la pelota, entre otras cosas.
Por tanto, tenemos con este ejercicio un claro propósito: trabajar los comportamientos y las acciones relacionadas con el principio de verticalidad, creando las condiciones donde surjan las opciones para ser vertical. Estos deberían ser los principios fundamentales de la tarea:
- Busca al jugador más alejado.
- Posicionamiento corporal
- Tipo de pase que se realiza
- Engañar al rival para abrir opciones verticales.
- Dinamismo y velocidad
Desde un punto de vista centrado en el jugador, se le debe animar en posesión a buscar la opción más lejana disponible a medida que recibe la pelota para ganar más espacio lo más rápido posible. El diseño del ejercicio promueve la disponibilidad de esa opción con los dos jugadores de profundidad, por lo que también guían implícitamente el comportamiento perceptivo hacia ellos.
Además, la posición del cuerpo antes de recibir la pelota y el uso de los primeros toques también deben estar relacionados con las opciones de profundidad, ya que los jugadores se van a preparar para jugar con ellos a medida que reciben la pelota.
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